En el Sur de Puglia, a un paso de Otranto y las aguas cristalinas de Porto Badisco, emerge Borgo Mulino a Vento, un refugio de serenidad y tranquilidad. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando un antiguo molino de aceite subterráneo, que dio nombre al lugar, daba vida a un pequeño núcleo rural. Siglos después, este enclave de tradición renace como una finca rodeada de olivos, fruto de una meticulosa restauración iniciada en los años 80 por Giuseppe D’Alba y su familia, a partir de un antiguo establo.
La esencia de Borgo Mulino a Vento se refleja en sus formas, materiales y colores, inspirados en la naturaleza y la arquitectura apuliana. Las casas blancas, la calidez de la piedra de Lecce y las callejuelas sombreadas por olivos crean un ambiente íntimo. Aquí, la historia y las tradiciones se entrelazan con un servicio impecable, ofreciendo a cada huésped una experiencia memorable.